
Alberto Fernández aseguró que su país tiene la voluntad de pagar la deuda, pero carece de los medios y se comprometió a atender "la emergencia social" ante el aumento de la pobreza, al asumir este martes la presidencia de Argentina.
“Es imposible pagar la deuda externa si no hay crecimiento. Queremos tener una buena relación con el FMI, pero sin crecimiento no podemos pagar”, señaló en su discurso de investidura.
A cambio de un severo ajuste fiscal, el FMI otorgó en 2018 un crédito por 57.000 millones de dólares a Argentina, de los cuales el país ha recibido hasta ahora unos 44.000 millones. La deuda total ronda los 315.000 millones de dólares, casi 100% del Producto Interno Bruto.
Fernández, un peronista de centro-izquierda que gobernará hasta fines de 2023, sostuvo que el gobierno saliente del liberal Mauricio Macri “ha dejado a la nación en una situación de virtual default”.
“Los acreedores tomaron un riesgo al invertir en un modelo que ha fracasado en el mundo una y otra vez”, advirtió el nuevo presidente.
“Vamos a encarar el problema de la deuda externa. No hay pago de deuda que se pueda sostener si el país no crece. Tan simple como esto: Para poder pagar, hay que crecer primero”, declaró.