
El 73 por ciento de los rusos, según datos preliminares, aprobaron ayer una reforma constitucional del presidente Vladimir Putin, que según sus detractores servirá para perpetuar su control sobre Rusia después de 20 años en el poder.
El resultado del plebiscito es casi idéntico al de las elecciones presidenciales de 2018, cuando Putin obtuvo el respaldo del 76,69 por ciento de los electores.
Con esta victoria, Putin tiene las manos libres para ejercer otros dos mandatos presidenciales de seis años cada uno hasta 2036, lo que le convertiría en uno de los dirigentes que más tiempo permanece en el poder en los más de mil años de historia de Rusia.
Putin, que votó en su lugar habitual, la sede de la Academia de Ciencias en la Avenida Lenin, afirmó recientemente que aún no ha decidido si presentará su candidatura dentro de cuatro años, si bien afirmó que “hay que trabajar y no buscar sucesores”.
“Después de Putin vendrá Putin”, proclamó Viacheslav Volodin, presidente de la Duma o Cámara de Diputados.
Tras una semana de votaciones, los últimos centros cerraron a las 20:00 hora local en el enclave de Kaliningrado.
Entre las reformas constitucionales pedidas por Putin, figura en especial una que le abre la vía para permanecer en el poder hasta 2036.
La votación estaba prevista en abril, pero se aplazó debido a la pandemia de coronavirus. Para evitar un exceso de afluencia a los colegios electorales sin por ello afectar a la participación, la consulta se llevó a cabo del 25 de junio al 1 de julio.
Putin votó en Moscú por la mañana, sin mascarilla, a diferencia de un asesor.
No había muchas dudas sobre el resultado del referendo porque las reformas ya habían sido aprobadas por el poder legislativo al comienzo de este año y además el nuevo texto de la Constitución ya estaba en venta en las librerías.
El martes, Putin se dirigió a los 110 millones de votantes para pedirles que garanticen la “estabilidad, la seguridad y la prosperidad” de un país que presume de haberse reconstruido después del caos que siguió a la caída de la Unión Soviética.
“La soberanía de Rusia depende de nuestro sentido de responsabilidad”, agregó.
Putin no hizo referencia a la enmienda más significativa, la que le permite permanecer en el Kremlin hasta 2036, el año en que cumplirá 84 años.
Según el derecho vigente, debería dejar la presidencia en 2024, al final del mandato actual.
En junio juzgó necesario este cambio para que el país no se pierda en “una búsqueda de posibles sucesores”. Otras reformas introducen principios conservadores y patrióticos.
Los detractores del Kremlin, sobre todo su principal opositor Alexéi Navalni, no han hecho campaña debido al confinamiento y porque consideran que el referendo es fraudulento y su único objetivo es garantizar a Putin “una presidencia de por vida”.
ENMIENDAS APROBADAS
Las enmiendas refuerzan algunas prerrogativas presidenciales, como los nombramientos y el despido de jueces.
Y se incluyen otras medidas, como la inclusión en la Constitución de la “fe en Dios” y el matrimonio como institución heterosexual.
También se añaden principios sociales como la garantía del salario mínimo y la revisión de las pensiones según la inflación.
Se incorpora en el texto a los niños como “la prioridad más importante de las políticas públicas”, a los que el Estado debe inculcarles “patriotismo, civismo y respeto por los ancianos”.